Saturday, May 28, 2005

"City Lights"

Example

La noche cae, las luces de la ciudad brotan de los frios edificios, inertes al espectaculo que brindan las estrellas, cegadas por la radiacion que imanan las luces de ciudad. La Luna se posa entre el mar de estrellas, en su fase completa esta semana.

Las ventanas del tren reflejan las luces de la ciudad, se impregnan en estas, se deforman a medida que este comienza a moverse, partiendo de la estacion. No hay niños en la calle por las noches, solo niños-entes, que perdieron la inocencia en las calles, niños pobres, sin cerebro, que viven en la estacion del tren, durante el dia mendigan monedas en los bagones, y por la noche duermen alli, en el suelo de la estacion, atormentados por el frio invierno, sin comida ni ropas, junto a los vagos borrachos y drogadictos.

Los edificion se tornan luciernagas silenciosas, enciendendo y apagandose sus luces piso por piso, algunas personas acaban de llegar a sus casas, otras se preparan para dormir. Las luces de la ciudad se reflejan como un espejo en los grandes ventanales, con forma uniforme, como si fueran cristal. Los edificios se apegan los unos a los otros, formando una estructura fria, sin vida, separadas levemente por laberintos interminables en forma de calles. Desde arriba todo se asemeja a un gran hormiguero urbano.

Las calles son sucias y solitarias, transitadas por algunos autos que pasan de vez en cuando, con rumbo desconocido, conducidos por alguna entidad sin rostro, o por la oscuridad misma del interior, cegando con los faroles a cualquiera que se interponga en el camino y trate de verles su rostro, el rostro de la muerte encarnada.

El frio colgela la sangre, la brisa de invierno arrastra a su paso hojas secas que no tuvieron otro destino mas que el de caer en la acera y ser pisadas como si fueran excremento, sin pensar que son cadaberes que temporadas atras rebosaban de vida.

Una mujer espera en una esquina, una suave brisa levanta lentamente su rojo vestido y se filtra en su interior, llegando hasta sus oscuros cabellos, suaves como la ceda, brillantes por las luces de la ciudad, que se vuelven uno con la brisa, convirtiendose en una extension de esta, flotando suavemente en el aire.

De noche la ciudad se transforma, las luces le dan un estado impuro, los callejones se transforman en pasillos oscuros, en un vacio sin final, donde habitan criaturas extrañas, demonios. La muerte ronda las calles, llevandose consigo almas antes del amanecer. Almas que fueron brutalmente masacradas o ultrajadas, almas que no debian estar alli para sufrir los horrores que esconde la ciudad en la noche.

Las personas que recorren la calle no son hombres o mujeres, sino cuerpos vacios sin alma, lo unico que hacen es salir por las noches a llenar su vacio interior, a llenar su cuerpo con sustancias u objetos impuros, sucios, que los han consumido por años hasta el punto de asesinar su propia alma y morir en vida. Cuando uno muere en vida no va al cielo o al infierno, se queda aqui, en la ciudad, para sufrir la perdicion eterna y recorre el mismo sendero una y otra vez buscando lo mismo siempre, el objeto del placer, vive solo por eso, sufre solo por eso, y no queda tiempo para morir. Los drogadictos viven solo para su droga y nada mas, por su dosis diaria, vagan por las calles sin rumbo, en busca de esta, como si fueran zombies y hacen lo que sea con tal de obtenerla.

Una prostituta espera sentada en el cordon de la calle la llegada de algun cliente en busca de placeres sexuales acambio de pocos dolares . Las luces de la ciudad son los unicos testigos de su dolor, un dolor que se gesta en su interior y la quema viva por dentro, un dolor que nace al ser violada noche tras noche por decenas de seres desconocidos. Sus lagrimas hacen fisico el dolor, lagrimas que brotan de sus ojos, deslizandose lentamente por su cara, arrastrando a su paso particulas de maquillaje, para luego desprenderse lentamente de su cara y estrellarse violentamente en el pavimento, estallando y dividiendose en pequeñas gotas. Las luces de la ciudad fueron testigos de aquel primer cliente cuando era una niña de apenas 18 años, una inexperta y estupida niña de pueblo perdida en la gran ciudad, y seguramente seran testigos de su ultimo, el cual seguramente la estrangulara violentamente por una negacion de no pagarle el precio acordado antes de que se suviera a su auto.

La ciudad iluminada refleja grandesa y lujos, refleja poder y complejidad, pero en el corazon de esta se esconde un mundo interior oscuro y enfermo.

Aveces en la noche contemplo las luces de la ciudad a la orilla del rìo, comtemplo su magestuosidad, la manera de crear la perfeccion, pero eso es solo una vision lejana.

Las luces de la ciudad no reflejan nada, solo generan oscuridad.

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